El expresidente boliviano Evo Morales Ayma emitió este martes un llamado urgente a la Relatora Especial de las Naciones Unidas sobre la Independencia de Magistrados y Abogados, Margaret Satterthwaite, para que intervenga frente a lo que considera una grave violación de la independencia judicial en Bolivia.
En un extenso comunicado, Morales denunció la «aprehensión arbitraria» de la jueza Lilian Moreno, quien había dispuesto medidas favorables a su defensa en el marco de un proceso que el exmandatario califica de persecución política. Moreno, quien actuaba como juez de garantías constitucionales en su caso, ordenó dejar sin efecto mandamientos de aprehensión contra Morales, decisión que derivó en una denuncia penal en su contra por parte del Ministerio de Justicia y Transparencia Institucional.
«Señora Relatora, hago este llamado urgente bajo el antecedente que la jueza Lilian Moreno, amparada en amplia jurisprudencia constitucional, no debía ser sometida a investigación penal hasta que su decisión fuera revisada por el Tribunal Constitucional Plurinacional», señaló Morales.
La detención de la jueza —según el líder político— representa un «claro mensaje de intimidación, coacción y persecución» no solo hacia su persona, sino hacia el conjunto de operadores de justicia que se niegan a cumplir «órdenes ilegales y autoritarias dictadas por el gobierno».
El exmandatario denunció además que esta acción se inscribe en lo que denominó una «guerra judicial» destinada a bloquear su candidatura presidencial y eliminarlo como actor político en Bolivia.
La oficina de la Relatora Especial de la ONU aún no ha emitido un pronunciamiento sobre el pedido de Morales. Mientras tanto, desde el gobierno del presidente Luis Arce Catacora, no se ha ofrecido una respuesta oficial sobre la denuncia pública, aunque previamente han rechazado acusaciones de persecución política, alegando que los procesos judiciales se desarrollan dentro del marco legal.
«Estamos ante un momento decisivo», advirtió Morales en su mensaje. «La independencia judicial está en riesgo, y con ella, la democracia en Bolivia».